domingo, 30 de marzo de 2014

Un proyecto de Hermandad en Espartales

Como todos sabéis, se está fraguando una nueva hermandad que rendirá culto a Jesús Despojado de sus vestiduras, María Santísima de la Paz y a San Juan.

Del primero no tengo constancia de culto histórico en nuestra Ciudad mientras que de la Virgen de la Paz hubo una pequeña ermita en las terreras que hay entre el castillo de Alcalá La Vieja y la cima del cerro Ecce Homo o Vera Cruz.

Se ha asignado la parroquia de Santo Tomás de Villanueva como sede canónica de la que espero sea la décima hermandad penitencial de nuestra Ciudad y para mí no es una debilidad sino una fortaleza y una grandísima oportunidad. El barrio de Espartales es, junto con Villamalea (Ciudad 10), El Olivar y La Garena los extremos residenciales más distales del casco urbano y los más alejados del centro cofrade más arraigado: el casco histórico, donde se encuentra casi todas las hermandades a excepción de Las Angustias y Medinaceli, que se hallan en lo que podrían ser arrabales de extramuros y prácticamente casco antiguo.

El pasado domingo 23 de marzo, nuestro obispo Antonio Reig Plá colocó la primera piedra de la nueva y majestuosa –según los diseños aparecidos en prensa- parroquia de Santo Tomás de Villanueva del barrio de Espartales. Por si fuera poco, el próximo 5 de abril se presenta el proyecto de esta futurible hermandad penitencial.

Todos conocemos las complejidades de las cofradías. A veces, la vida interna de éstas se aleja de lo deseable, del concepto de hermandad, de los preceptos más cristianos para convertirse en escenarios de disputas internas, luchas de poder… En mi opinión, las parroquias son lugares apacibles donde sí se cumple el estilo de vida cristiano y a una de ellas, a la espartaleña, llega esta posible y deseable hermandad. Conozco el espíritu de sus promotores, he hablado mucho con su principal arquitecto y me ilusiona vislumbrar una hermandad cristiana donde sí se viva esa apacibilidad, esa paz y armonía. Si todo sigue como desean sus promotores, la vida de la parroquia no se verá distorsionada y podremos disfrutar de un proyecto cofrade excelente e impecable.

Desde mi punto de vista, esta potencial hermandad supone un punto de inflexión en la historia cofrade complutense. 

Para empezar, nace de un grupo joven, emprendedor ,luchador y entusiasta que quieren dar un nuevo aire al concepto de hermandad. 

En segundo lugar, tiene la inmensa suerte de ubicarse en un barrio riquísimo en retos y en el que apenas existe cultura cofrade; Espartales es un barrio alejado de la ciudad, separado por una autovía y con un fuerte carácter dormitorio, más vinculado a Madrid que a la Alcalá de la que forma parte. Tiene bolsas de población susceptibles de intervención social, a la que echar una mano y ayudar. Tiene varias residencias de personas mayores y es un barrio que, creo, necesita elementos de articulación social y este proyecto de hermandad puede ser uno de ellos. En Espartales hay mucho campo de acción y ellos lo saben; ante sus ojos, Espartales es un yacimiento de labor cofrade y cristiana inmenso y un contexto enormemente ilusionante.

La llegada de una cofradía penitencial a una parroquia tan periférica abre la posibilidad a que otras parroquias de barrio vean nacer nuevas cofradías o hermandades que aporten savia nueva y aires frescos a nuestra maravillosa Semana Santa Complutense. Se inicia un acercamiento del mundo cofrade al grueso poblacional de la Ciudad, a ese que está extramuros de la urbe histórica y que supone 200.000 de los 208.000 habitantes de Alcalá.

El 5 de abril se presenta este formidable proyecto y me encantaría que todo el Espartales católico estuviera presente. Ilusionar a vecinos, comercios con lo que estoy seguro va a ser un éxito.

Quedan interrogantes inevitables: ¿por dónde y cuándo procesionarán?, ¿de dónde saldrá el cortejo?, ¿qué estilo adoptarán, el castellano, el sevillano…?, ¿llevarán paso de misterio?, etc. Eso depende de ellos, que para eso lo están moviendo. Por desear, me decanto por el Jueves Santo a media mañana en un día tradicionalmente de paseo por el Centro o ese mismo día por la tarde temprana antes de Doctrinos y Medinaceli. El Martes Santo en una ciudad con acusado carácter dormitorio hace mella en los actos de calle; ahí está las Angustias cuando procesiona casi en solitario en numerosos tramos. Pero bueno, es mi opinión si lo que se quiere también es que sea contemplada por más personas. Lo importante, como decía, es la opinión de sus promotores y, eso sí, quienes queramos acompañarles lo haremos sin importar el día que sea.

Que Dios os bendiga, chavales.

Pedro Manuel García Carvajal

sábado, 15 de febrero de 2014

Telemadrid y la Semana Santa de Alcalá

Tenía 15 años cuando, en 1994 –hace 20 años, para ser más elocuente-, entró en mi casa el ejemplar de Puerta de Madrid correspondiente al fin de semana posterior al del Domingo de Ramos en cuya portada había un titular que me impactó y me hizo ser consciente de la importancia de nuestra Semana Santa. Algo así como que “más de 50.000 personas contemplaron la Semana Santa de Alcalá” y, si mal no recuerdo, se refería a la cantidad de público que presenció la Procesión General de la tarde del Viernes Santo.

Era una Alcalá de poco más de 150.000 habitantes en la que aún no estaban 3 de las 9 cofradías actuales: Trabajo, Angustias y Resucitado. Hacía pocos años que el trabajo común de las 6 cofradías del momento estaba logrando “resucitar” la Passio Complutensis.

En aquellos años, me atrevo a asegurar que la joven cadena regional Telemadrid tenía corresponsalía en nuestra ciudad. Pocos años después, hacia 1998, asistí a momentos altamente emotivos y sobrecogedores como aquel encuentro entre el Cristo de la Columna y la Virgen de la Soledad en la confluencia de las calles Mayor e Imagen y que concentraba a algunos miles de personas. Recuerdo que tal emoción hacía, aún así, surgir de mí un enfado al no comprender por qué Telemadrid no retransmitía o grababa semejante espectáculo, inmenso en fervor. Envié una carta de indignación a Puerta de Madrid que salió publicada.

Han pasado cerca de quince años desde entonces y el ente autonómico de radiotelevisión no ha dado la cobertura y promoción que la Semana Santa Complutense merece y requiere.

Los cortejos nazarenos, las obras de arte, la música, las calles engalanadas, los pasos cada vez más artísticos y una imaginería cada vez más valiosa no han logrado, siquiera, una mínima atención por parte de esta cadena de televisión a la que los impuestos de los complutenses contribuyen.

La de Madrid capital es una gran Semana Santa, no lo dudo, pero la de Alcalá no se queda a la zaga. El número de hermandades de pasión del Centro de Alcalá casi iguala al que hay en la almendra central de la capital, la que está dentro de la circunvalación M-30 y en la que viven alrededor de 900.000 habitantes. 9 cofradías –algunas centenarias- en una ciudad de 207.000 habitantes y notabilísimo casco histórico cuya puesta en escena en las calles complutenses está ninguneada por Telemadrid; una docena de hermandades en 3.300.000 habitantes que gozan de la máxima atención por parte de esta cadena. Un ámbito regional en el que sólo San Lorenzo del Escorial alcanza una considerable magnitud con sus –si mis datos no son erróneos- 7 hermandades penitenciales y en el que las poblaciones de más de 100.000 habitantes apenas tienen cuatro o cinco cofradías de Semana Santa.

Alcalá, Ciudad Patrimonio de la Humanidad que necesita promoción en estos momentos de crisis y desmantelamiento empresarial y cuya difusión no sólo será beneficiosa para la economía complutense sino para el resto de la región de la que forma parte –aunque a algunos no nos cause mucha simpatía. Telemadrid, como vector de transmisión de la riqueza de esta Semana Santa declarada de Interés Turístico Regional, no colabora y no sé por qué razón.

En estas dos décadas han surgido muchas voces que han criticado la marginación de Telemadrid y han pasado varios alcaldes: Bartolomé González, Manuel Peinado y Javier Bello. Con todo, no me explico cómo no hemos sido capaces de lograr una atención digna por parte de esta entidad.

Telemadrid, como las otras cadenas regionales, podría emitir en directo las procesiones de sus principales semanas santas. En Alcalá podría contar con puestos fijos de cámaras de televisión y con magníficos locutores y expertos locales en nuestra Semana Santa que narraran lo que en esos momentos se retransmite; periodistas a pie de paso, en las salidas de las hermandades y en puntos calientes en determinadas calles; perspectivas panorámicas del ambiente en la calle. Sin duda, una magnífica imagen de nuestra ciudad y de una Semana Santa que aglutina a más de 5.000 personas y una veintena de pasos con sus anécdotas y curiosidades.

Aprovecho estas líneas para que alguien, por favor, consiga explicarme el porqué de la actitud de Telemadrid con nuestra ciudad y con nuestra Semana Santa y por qué ninguna corporación local no consigue que sea retransmitida a la vez que la de la capital y, por qué no, a la vez que las de otras localidades. Una carencia que debe corregirse cuando, aunque parezca mentira y lo expreso con conocimiento de causa, en el mismo Torrejón de Ardoz –a 10 kilómetros y con 130.000 habitantes- el conocimiento que se tiene de nuestra Semana Santa es nulo o casi nulo. No hablemos ya del que tendrán en Azuqueca (33.000 habitantes), Guadalajara (90.000 habitantes) o Coslada-San Fernando (135.000 habitantes), en nuestro ámbito más próximo.

Pedro Manuel García Carvajal.

sábado, 8 de febrero de 2014

El Miércoles Santo en Alcalá

Midiendo el termómetro social de nuestra ciudad durante los últimos 20 años, creo estar seguro de que la inmensa mayoría de complutenses que gustan de salir “de procesiones” en la Semana Santa alcalaína prefieren hacerlo el Jueves Santo y el Viernes Santo. Y parece fácil de entender: las hermandades de más solera y arraigo procesionan en estos días. Además, son días no laborables, visitamos los templos, asistimos a los oficios religiosos y paseamos por las calles del Centro. Estos dos días son los que la televisión autonómica se vuelca con la semana santa capitalina y, si se sienten generosos, darán difusión de las procesiones que tendrán lugar en “los pueblos de Madrid”, entre los que cuentan a Alcalá.

Sin embargo, desde mi punto de vista, la tarde del Miércoles Santo complutense es un día absolutamente espectacular, sobrecogedor, para no perderse y de obligada vivencia in situ. Esa tarde procesionan dos hermandades “jóvenes”, que vieron la luz gracias a Pepe Macías entre 1985 y 1995. Nacieron en aquella Alcalá postdesarrollista en la que se empezaba a recuperar la Semana Santa y en la que la ciudadanía y la clase política entendió que la cosa iba en serio y que era lo suficientemente seria como para otorgarle especial atención y mimos. Hoy son dos cofradías que se encuentran entre las más grandes de la ciudad en número de hermanos –entre 600 y 700- y de las que más cambios e innovaciones han realizado.

En un poco espacio de tiempo, pasan de sencillos paso-cristos a otros más complejos y hermosos; a preceder a sendas y bellísimas imágenes marianas y a estar acompañadas por lo que para mí es el mejor y más potente acompañamiento musical de toda la Semana Santa complutense.

Esa tarde y noche no se reúne tanta gente como los dos días que suceden pero en las calles de Alcalá surge una clase magistral de elegancia procesional, una puesta en escena de arte, diversidad musical que va entre bandas de virgen a agrupaciones musicales y bandas de cornetas y tambores que interpretan unas poderosas marchas que ponen los pelos de punta y nos hacen recordar que hay mucha más música cofrade más allá de “La Saeta”; a nivel personal, he de destacar los estremecedores momentos escuchando a las bandas de La Concordia de Bilbao o La Sentencia de Valladolid. Sin embargo, en los momentos iniciales de los recorridos, las dos hermandades pueden verse sin apenas público que las contemple, lo que ocurre de manera más acusada con la Cofradía del Cristo del Trabajo y Nuestra Señora de la Misericordia, cosa que no logro entender mientras contemplo tan bellísimo discurrir de ese cortejo. Mejor suerte, y bien merecida, como la mencionada cofradía, tiene la Hermandad del Cristo Atado a la Columna y María Santísima de las Lágrimas y del Consuelo, que ya desde su salida en la calle de la Imagen se ve arropada por varios miles de personas.

A pesar de que no es tan multitudinaria como las del jueves y viernes santos, la noche del Miércoles Santo, sin ir más lejos pongamos la del pasado 2013, vivió momentos de aglomeración espectaculares en un momento en que coincidieron en un espacio muy concreto ambas hermandades. En concreto, los alrededores de las calle Mayor con Ramón y Cajal y Cervantes presentaban un panorama propio de las grandes capitales semanasanteras. Pude contemplar a pocos centímetros sobre la cota del suelo, una marea humana que ponía los pelos de punta. Abrirse paso entre la bulla era casi imposible durante la casi totalidad de la rúa soportalada. Minutos después, la calle de los Escritorios hervía calor humano.

Desde mi punto de vista, esos momentos en la calle son absolutamente dignos como para que Telemadrid se hiciera eco retransmitiendo momentos clave de ambas procesiones. Dicha cadena tiene lugares formidables donde poner cámaras que sean testigo de la ebullición cofrade y ciudadana, seguramente que impensables para la inmensa mayoría de los varios millones de madrileños, que dudo imaginen que en uno de esos “pueblos periféricos del extrarradio” ocurra semejante expresión de religiosidad, cultura y arraigo vecinal.

Para este día y los demás de nuestra Semana Santa, hay perspectivas aéreas que mostrarían un panorama inédito de miles de personas abarrotando las calles del centro neurálgico complutense, del hot spot cofrade de la Pasión Alcalaína. Recomiendo a los amantes de la fotografía buscar balcones estratégicos para tal fin porque podrían tener una incidencia muy positiva en cuanto a la propia percepción de nuestra Semana Santa.

En definitiva, el objeto de esta reflexión es llamar la atención sobre el Miércoles Santo alcalaíno, en el que dos hermandades muy dinámicas han logrado una jornada espectacular y que gracias a las sinergias entre ambas están poniendo el listón de este día muy alto; llamar la atención de esos miles de alcalaínos que aún ignoran lo que tiene lugar en las calles de la ciudad henariega y que, si se animan a conocerlo, tendrán en su agenda una jornada de obligada participación.

Pedro Manuel García Carvajal